LIBRO DE LOS  PROVERBIOS


 Los proverbios aquí recogidos son una parte de los que se reflejan en el libro, pero hay otros muchos que no hemos recogido para no alargarnos y hacerlo aburrido, ya que muchos de ellos vienen a expresar lo mismo. Quien esté interesado en conocer todos puede encontrarlos en cualquier Biblia en el Libro de os Proverbios.


                                           PRÓLOGO


 Proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel: para aprender sabiduría e instrucción, para entender los discursos profundos, para alcanzar instrucción y perspicacia, justicia, equidad y rectitud, para enseñar a los simples la prudencia, a los jóvenes ciencia y reflexión, para descifrar proverbios y enigmas, los dichos de los sabios y sus adivinanzas. El que atienda al sabio  crecerá en doctrina, y el inteligente aprenderá á hacer proyectos. El temor de Yahveh es el principio de la ciencia; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.


RECOMENDACIONES DE LA SABIDURÍA


 OBSERVACIÓN PREVIA: Recordemos una vez mas que la sabiduría de la que aquí habla Cohélet no es la de adquirir muchos conocimientos científicos, sino la de obrar sabiamente.


 El sabio exhorta a huir de las malas compañías.

 Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la lección de tu madre: corona graciosa son para tu cabeza, y un collar para tu cuello. Hijo mío, si los pecadores te quieren seducir, no vayas. Si te dicen: «¡Vente con nosotros”, no te pongas, hijo mío, en camino con ellos , porque sus pies corren hacia el mal y a derramar sangre se apresuran,  pues es inútil tender la red a los ojos mismos de los pajarillos. Contra su propia sangre están acechando, apostados están contra sus propias vidas. Esa es la senda de todo el que se entrega a la rapiña: ella quita la vida a su propio dueño.

 La Sabiduría exhorta a los despreocupados.

 Porque tuvieron odio a la ciencia (a la verdad) y no eligieron el temor de Yahveh, comerán del fruto de su conducta. La despreocupación perderá a los insensatos. Pero el que me escucha vivirá seguro, tranquilo, sin temor a la desgracia.

 La sabiduría, antídoto contra las malas compañías.

 Hijo mío, si das acogida a mis palabras y guardas en tu memoria mis mandatos prestando tu oído a la sabiduría, inclinando tu corazón a la prudencia; si invocas a la inteligencia y llamas a voces a la prudencia; si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas, entonces entenderás el temor de Yahveh y encontrarás la ciencia de Dios, porque Yahveh es el que da la sabiduría, de su boca nacen la ciencia y la prudencia. Entonces entenderás la justicia, la equidad y la rectitud: todos los senderos del bien. Cuando entre la sabiduría en tu corazón y la ciencia sea dulce para tu alma, velará sobre ti la reflexión y la prudencia te guardará apartándote del mal camino,  del hombre que propone planes perversos, de los que abandonan el recto sendero para ir por caminos tenebrosos. Ella te apartará de la mujer ajena, de la extraña de melosas palabras, que ha olvidado la alianza de su Dios.

Cómo adquirir la sabiduría.

 Hijo mío, no olvides mi lección, en tu corazón guarda mis mandatos, pues largos días y años de vida y bienestar te añadirán. La piedad y la lealtad no te abandonen; átalas a tu cuello, escríbelas en la tablilla de tu corazón. Así hallarás favor y buena acogida a los ojos de Dios y de los hombres. Confía en Yahveh de todo corazón y no te apoyes en tu propia inteligencia; reconócele en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.
No seas sabio a tus propios ojos, teme a Yahveh y apártate del mal.
Honra a Yahveh con tus riquezas, con las primicias de todas tus ganancias: tus trojes se llenarán de grano* y rebosará de mosto tu lagar.
"No desdeñes, hijo mío, la instrucción de Yahveh, (no desdeñes los mandamientos de Dios), no te dé fastidio su reprensión, porque Yahveh reprende a aquel que ama, como un padre al hijo querido.

Las alegrías del sabio.

 Dichoso el hombre que ha encontrado la sabiduría (de Dios) y el hombre que alcanza la prudencia; más vale su ganancia que la ganancia de plata, su renta es mayor que la del oro. Más preciosa es que las perlas, nada de lo que amas se le iguala. Largos días a su derecha, y a su izquierda riqueza y gloria. Sus caminos son caminos de dulzura y todas sus sendas de bienestar. Es árbol de vida para los que a ella están asidos, felices son los que la abrazan. Con la Sabiduría fundó Yahveh la tierra, consolidó los cielos con inteligencia; con su ciencia se abrieron los océanos y las nubes destilan el rocío.
Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, ( en esto está la sabiduría del bien obrar),  no se aparten nunca de tus ojos: serán vida para tu alma y adorno para tu cuello.
 Así irás tranquilo por tu camino y no tropezará tu pie. No tendrás miedo al acostarte, y una vez acostado, será dulce tu sueño. No temerás el espanto repentino, ni cuando llegue la tormenta de los malos, porque Yahveh será tu tranquilidad y guardará tu pie de caer en el cepo.
No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacérselo. No digas a tu prójimo: «Vete y vuelve, mañana te daré», si tienes algo en tu poder. No trames mal contra tu prójimo cuando se sienta confiado junto a ti. No te querelles contra nadie sin motivo, si no te ha hecho ningún mal.

 Elección de la Sabiduría.

 Escuchad, hijos, la instrucción del padre, estad atentos para aprender inteligencia, porque es buena la doctrina que os enseña; no abandonéis mi lección. También yo fui hijo para mi padre, tierno y querido a los ojos de mi madre. É1 me enseñaba y me decía: Retén mis palabras en tu corazón guarda mis mandatos y vivirás. Adquiere la sabiduría, adquiere la inteligencia, no la olvides, no te apartes de los dichos de mi boca. No la abandones y ella te guardará; ámala y ella será tu defensa.
Por encima de todo cuidado, guarda tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida. Aparta de ti la falsía de la boca y el enredo de los labios arrójalo de ti. Miren de frente tus ojos, tus párpados derechos a lo que está ante ti. Tantea bien el sendero de tus pies y sean firmes todos tus caminos.
No hagas caso de la mujer perversa pues miel destilan los labios de la extraña, su paladar es más suave que el aceite; pero al fin es amarga como el ajenjo, mordaz como espada de dos filos. Aleja de ella tu camino, no te acerques á la puerta de su casa; no sea que gimas a la postre cuando tu cuerpo y tu carne se consuman, y digas: «Ay de mí, que he odiado la instrucción, mi corazón ha despreciado los reproches, no he escuchado la voz de mis maestros ni he prestado oídos a los que me instruían.
Gózate en la mujer de tu mocedad, cierva amable, graciosa gacela: embriáguente en todo tiempo sus amores, su amor te apasione para siempre. ¿Por qué apasionarte, hijo mío, de una ajena, abrazar el seno de una extraña? Pues los caminos del hombre están en la presencia de Yahveh, él vigila todos sus senderos. E1 malvado será presa de sus propias maldades,  con los lazos de su pecado se le capturará. Morirá por su falta de instrucción , por su gran necedad se perderá.

 Las siete abominaciones

 Seis cosas hay que aborrece Yahveh, y siete son abominación para su alma: "ojos altaneros, lengua mentirosa, manos que derraman sangre inocente, corazón que fragua planes perversos, pies que ligeros corren hacia el mal, testigo falso que profiere calumnias, y el que siembra pleitos entre los hermanos.

 Contra los arrogantes.

 El que corrige al arrogante se acarrea desprecio, y el que reprende al malvado, insultos. No reprendas al arrogante, porque te aborrecerá; reprende al sabio, y te amará. Da al sabio, y se hará más sabio todavía; enseña al justo, y crecerá su doctrina. Comienzo de la sabiduría es el temor de Yahveh, y la ciencia de los santos es inteligencia. Pues por mí se multiplicarán tus días y se aumentarán los años de tu vida. Si te haces sabio, te haces sabio para tu provecho, y si arrogante, tú sólo lo tendrás que pagar.

 II. La gran colección salomónica

 Proverbios de Salomón.

Nota mía: Son muchos lo proverbios que recoge este libro; para no hacerlo demasiado aburrido aqui solo se han recogido los que nos hn parecido mas interesantes.

 El hijo sabio es la alegría de su padre, el hijo necio entristece a su madre. Tesoros mal adquiridos no aprovechan. Mano indolente empobrece y  la mano de los diligentes enriquece. Amontonar en verano es de hombre sensato, dormirse en la cosecha es de hombre indigno. El sensato de corazón acepta los mandatos del Señor, el charlatán corre a su ruina. El odio provoca discusiones, mientras que el amor cubre todas las faltas.
Los sabios atesoran conocimiento, y la boca del necio es ruina inmediata. El salario del justo lo emplea para vivir, el necio emplea su renta para pecar. Camina hacia la vida el que guarda las instrucciones,  (el que acepta buenos consejos), quien desatiende la reprensión se extravía. Los labios mentirosos disimulan el odio, quien profiere una calumnia es un necio. En 1as muchas palabras no faltará pecado, quien reprime sus labios es sensato. La bendición de Yahveh es la que enriquece, la necedad empobrece. Fortaleza es para el íntegro la senda de Yahveh; pero ruina para los malhechores. Nada servirán riquezas el día de la ira, mas la justicia libra de la muerte.
Con la bendición de los rectos, se levanta la ciudad; la boca de los malos la destruye. Quien desprecia a su vecino es un insensato, el hombre discreto se calla.
Donde no hay buen gobierno, el pueblo se hunde.  A sí mismo se beneficia el que es compasivo , y a sí mismo se perjudica el hombre cruel. De cierto que el malo no quedará impune, mas la raza de los justos quedará a salvo. Anillo de oro en nariz de un puerco, es la  mujer hermosa pero sin gusto.. El que sacia a otro la sed, también será saciado.
A quien busca el bien éste le saldrá al encuentro. Quien confía en su riqueza ese caerá. El que ama la instrucción ama la ciencia, el que odia la reprensión es tonto. Mujer virtuosa, corona del marido, mujer desvergonzada, caries en los huesos.
E1 hombre cauto oculta su ciencia, el corazón del insensato proclama su necedad.
La diligencia es la mejor fortuna del hombre. En la senda de la justicia está la vida, el camino de los rencorosos lleva a la muerte. Quien vigila su boca, guarda su vida; quien abre sus labios, busca su ruina. Hay quien se hace el rico y nada tiene, hay quien se hace el pobre y tiene gran fortuna.
El que anda con los sabios será sabio, quien frecuenta los necios se hará malo. Quien escatima la vara, odia a su hijo, quien le tiene amor, le castiga. E1 perverso de corazón está satisfecho de su conducta y el hombre de bien, de sus obras.
El temor de Yahveh es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte. El tardo a la ira tiene gran prudencia, el de genio pronto pone de manifiesto su necedad. E1 corazón manso es vida del cuerpo: la envidia es caries de los huesos. Quien oprime al débil, ultraja a su Hacedor; mas el que se apiada del pobre, le da gloria.
El tonto desprecia la corrección de su padre,  quien sigue la reprensión es cauto.  La oración de los rectos alcanza su favor. Yahveh abomina el camino malo; y ama al que va tras la justicia. Mejor es poco con temor de Yahveh, que gran tesoro con inquietud.
Más vale un plato de legumbres, con cariño, que un buey cebado, con odio.
Donde no hay consultas, los planes fracasan; con muchos consejeros, se llevan a cabo. Quien desatiende la corrección se desprecia a si, quien escucha la reprensión adquiere sensatez. Encomienda tus obras a Yahveh y tus proyectos se llevarán a cabo. Con amor y lealtad se expía la falta; con el temor de Yahveh se evita el mal.
 Mejor es un mendrugo de pan a secas, pero con tranquilidad que casa llena de riquezas con discordia. El obsequio es un talismán, para el que puede hacerlo; dondequiera que vaya, tiene éxito. Justificar al malo y condenar al justo; ambas cosas abomina Yahveh.  Mientras hay esperanza corrige a tu hijo, pero no te excites hasta hacerle morir. Escucha el consejo, acoge la corrección, para llegar, por fin, a ser sabio. Muchos proyectos en el corazón del hombre, pero sólo el plan de Yahveh se realiza. Quien cierra los oídos a las súplicas del débil clamará también él y no hallará respuesta. Quien siembra injusticia cosecha miserias.
Que siete veces cae el justo, pero se levanta, mientras los malos se hunden en la desgracia. No te alegres por la caída de tu enemigo, no se goce tu corazón cuando se hunde; no sea que lo vea Yahveh y le desagrade, y aparte de él su ira. No te enfurezcas por causa de los malvados, ni tengas envidia de los malos. Porque para el malvado no hay un mañana: la lámpara de los malos se extinguirá.  


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