LA SALUD MENTAL EN LA EDAD AVANZADA

Resumen de la conferencia de Don José Fermín Prieto Aguirre.
Catedrático de Psiquiatría (1991)



La persona de edad va a encontrar dificultades parecidas a las que sienten los adolescentes cuando pasan de niños adolescentes. Muchos no aceptan  el cambio de su físico, no se gustan a sí mismos, y pueden sufrir trastornos psíquicos. A muchos mayores les pasa lo mismos. Empiezan  a percibir las huellas físicas del envejecimiento: Dificultad en la visión, déficits auditivos, cambia en el aspecto corporal y en la expresi6n facial, arrugas, canas, calvicie, pérdida de energía, déficit motores, etc., etc ... Todo ello es tremendamente humillante para la  persona y sin embargo es imprescindible la aceptaci6n de esta nueva imagen corporal, lo que constituye una tarea ardua en cuya consecuci6n hay personas mayores que fracasan, que se "niegan a envejecer" y ponen de manifiesto su desadaptaci6n a través de comportamientos inapropiados para su edad. Jung habla de "neurosis de la segunda mitad de la vida", precisamente es este caso del hombre que se niega a aceptar su envejecimiento y quiere vivir la segunda mitad de su vida como la primera y  con el mismo programa.
Por encima de los condicionantes biológicos, el hombre que envejece sanamente es en la vejez cuando llega a alcanzar las  cotas mas altas de “homineidad”. Los parámetros para medir la “homineidad” nos son,  por descontado, rapidez y percepción , ni la facilidad para el aprendizaje, ni la memoria. El Profesor Vega, de la Universidad de Salamanca, ha hecho estudios sobre la evolución de las capacidad  intelectivas en distintas edades, llegando a demostrar la existencia de una evolución positiva  y de progreso en parámetros de la inteligencia a medida que la edad cronológica aumenta.
Consideramos por tanto que los años de la vejez pueden ser años productivos. Erikson señala como tarea fundamental de la vejez, el conseguir la integridad de su personalidad, que en el caso de no conseguirse se traduce en desesperaci6n. La integridad de la personalidad es propia de las personas que han alcanzado la madurez psíquica, y proporciona un sentimiento espiritual e inalterable que llamamos serenidad.

El hombre sereno, maduro, integro, puede entristecerse o alegrarse por los sucesos de la vida, pero no se desespera. Para Erikson el logro de la integridad se manifiesta en las siguientes capacidades:
1- Apreciar la continuidad del pasado, presente y futuro.
2- Aceptar el ciclo vital y el estilo de vida propio de cada edad.
3- Aprender a cooperar con las cosas inevitables de la vida.
4- Sentirse totalidad, es decir "completo".
5- Superar la ansiedad ante la muerte.
La persona que ha sido capaz de superar las tareas propias de esta etapa, será por tanto capaz de ocuparse de los asuntos de la vida, aun teniendo la muerte delante y será capaz de aceptar sin terror, con suave serenidad, la inminencia de su propio fin.

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